Las obras del colegio de Vilalonga avanzan con normalidad, pese a las dificultades climatológicas de los dos últimos meses. Se iniciaron a principios de noviembre y hasta ahora se han concentrado en los trabajos menos visibles, previos al levantamiento de muros, pero los más importantes en la construcción de cualquier edificio.
Las obras han cubierto las siguientes fases:
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Limpieza de la parcela de 14.000 m2, retirada de maleza y eliminación de arbustos y otras plantas sin valor ecológico.
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Desmonte del terreno y movimiento de tierras para preparar y regularizar el firme.
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Excavación, de 7.000 m3 de tierras, de la zona donde se ubica el sótano (631 m2) que albergará las instalaciones del edificio, como el cuarto de calefacción y biomasa, en la zona este del sótano y en el lado opuesto, el oeste, el gimnasio del colegio.
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Construcción de 268 micropilotes de cimentación y estabilización del terreno, una labor muy difícil pues coincidió con los momentos en los que llovió más. A continuación, se hizo el resto de la cimentación del edificio.
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Instalación de los tubos drenaje y recogida de agua y red de saneamiento del edificio que es el punto en el que ahora se encuentran las obras.
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En los próximos días se iniciará la construcción de los primeros muros verticales lo que dará más visibilidad a las obras del nuevo colegio.