Marcos Guisasola, concejal de Economía y Personal, se reunió ayer con vendedores del mercadillo para informarles de las líneas principales de la nueva ordenanza reguladora de la venta ambulante. La anterior fue aprobada en 1999 y, por tanto, es urgente su actualización porque en estos años la legislación sobre el comercio y Sanxenxo han cambiado mucho.
El gobierno inicia la tramitación abriendo un plazo de 15 días para que los interesados aporten sus sugerencias. A partir de éstas, el gobierno presentará un primer borrador y abrirá un nuevo plazo para la presentación de alegaciones. Posteriormente, se convocará una Comisión de Asuntos Generales y de ahí al Pleno de marzo, de manera que la ordenanza pueda estar operativa antes del verano, periodo en el que la regulación se hace especialmente necesaria al colocarse más puestos de venta y aumentar considerablemente la asistencia de público al mercadillo.
Los mercadillos que se celebran los lunes y los jueves tienen mucho arraigo entre los vecinos y visitantes. Por eso, porque el espacio disponible es limitado y para poder garantizar la máxima seguridad a los consumidores, el gobierno considera imprescindible una mayor regulación.
La nueva ordenanza establecerá que la autorización para la venta en el mercadillo tendrá una vigencia de 1 año. Para su obtención y renovación cada año el vendedor tendrá que acreditar una serie de requisitos propios de una actividad comercial.
La ordenanza incluirá un régimen sancionador, imprescindible para corregir la notable indisciplina de algunos de los vendedores. Por ejemplo, el gobierno está decidido a corregir comportamientos inaceptables como dejar todo tipo de residuos tirados en el suelo. Pese a que el Concello coloca contenedores de sobra, una parte importante de los vendedores no los utilizan, obligando al personal de limpieza a hacer un esfuerzo extraordinario, no digamos ya si hay viento o llueve. Adjuntamos fotos de cómo queda la zona.