Por tercera, vez en las últimas semanas el alcalde de O Grove ha utilizado Sanxenxo para reclamar a la Xunta el desdoblamiento del acceso a su Concello. En las dos veces anteriores ha echado toda la culpa de los atascos al semáforo de As Salinas, cuando todos hemos podido comprobar que las retenciones eran iguales con el semáforo apagado, como así ha estado durante el puente de Santiago.

Pese a no compartir sus manifestaciones, e incluso parecernos injustas, el gobierno de Sanxenxo ha permanecido callado porque, para nosotros, el respeto institucional y la colaboración entre concellos vecinos está por encima de cualquier interés partidista.

Hoy en su tercera arremetida contra la Xunta, el alcalde se permite llegar a decir que si Feijoo no quiere hacer el desdoblamiento por O Grove, que lo haga por Sanxenxo. Un alcalde tiene todo el derecho a reclamar, e incluso criticar, a otra administración por las razones que considere. Lo que no es admisible, es manipular la realidad para conseguir un titular y, además, hacerlo utilizando el nombre de un ayuntamiento vecino, que nada tiene que ver con sus disputas con la Xunta.  

Nosotros no tenemos información para saber si la Red Natura que hay entre la playa de A Lanzada y la zona de O Bao, en la ría de Arousa, permite o no desdoblar la carretera. Esa es una cuestión que corresponde decidir al Ministerio de Medio Ambiente y a la Xunta de Galicia, mediante el correspondiente estudio de impacto ambiental.

Pero vamos a suponer que se puede desdoblar y que la Xunta está dispuesta hacerlo. El problema de las retenciones no se iba a solucionar, lo único que iba a ocurrir es que los atascos se iban a trasladar un kilómetro más adelante. Desdoblado el vial que pide el alcalde de O Grove, cuando los coches llegaran al final del tramo se encontrarían con un cruce y podrían coger dos direcciones, hacia la izquierda por la PO-317, en dirección San Vicente, o a la derecha, dirección O Grove e isla de A Toxa.

Por tanto, se generaría un embudo en ese cruce y retenciones en cualquiera de las dos direcciones que eligieran los vehículos, pues se trata de dos viales con mucho tráfico y numerosos cruces. Esto lo sabe o lo debería saber el alcalde, pero estamos a 10 meses de las elecciones y lo fácil es escurrir el bulto, echar la culpa a los demás y utilizar cortinas de humo para tapar otras carencias y polémicas, que dependen del alcalde de O Grove y no de la Xunta.  

O Grove es un lugar maravilloso que tiene unas singularidades que ya quisieran para sí otros concellos de las rías de Pontevedra y Arousa. Lo que debería hacer su alcalde es aprovechar esos recursos paisajísticos únicos, en lugar de escudarse en otras administraciones o concellos vecinos.